En una decisión que ha generado expectación y debate, el presidente de Chile, Gabriel Boric, confirmó su asistencia a la ceremonia de cambio de mando en Argentina, donde el actual presidente Alberto Fernández entregará el poder al economista de ultraderecha Javier Milei, quien fue electo el pasado domingo. La noticia fue anunciada por la vocera de Gobierno, Camila Vallejo, en una conferencia de prensa hoy.
Hasta ayer, la participación de Boric en este evento era incierta. Cuando se le preguntó al respecto el martes, Vallejo mencionó que el presidente tenía una agenda intensa en asuntos internacionales, regionales, económicos y de seguridad, pero enfatizó la importancia de mantener una buena relación diplomática con Argentina, independientemente de la asistencia al cambio de mando.
Sin embargo, hoy Vallejo aclaró que la decisión de Boric de asistir está tomada y que el presidente representa al Estado de Chile, por lo que seguirá el estándar tradicional de asistir a este tipo de ceremonias. Vallejo subrayó la importancia de construir y fortalecer relaciones diplomáticas y de Estado con todos los países, sin importar la afinidad ideológica de sus gobiernos, ya que se trata del bienestar de los pueblos que representan.
La noticia de la confirmación de Boric para asistir al cambio de mando en Argentina llega después de presiones tanto del oficialismo como de la oposición chilena. Seis miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara enviaron un oficio al presidente recomendándole que asistiera al evento.
En respuesta a estas presiones, Boric afirmó que estas son cuestiones de Estado y que como presidente no necesita que le digan qué debe hacer. Sin embargo, también expresó su disposición a asistir y destacó la importancia de representar a Chile en sus responsabilidades diplomáticas, especialmente con Argentina, un país prioritario en las relaciones exteriores chilenas.
El presidente Boric enfatizó la relación fraternal entre el pueblo chileno y argentino y su compromiso de mantener relaciones de Estado con visión a largo plazo, más allá de las diferencias políticas que puedan existir entre los líderes de ambos países. La decisión de asistir al cambio de mando refuerza la importancia de mantener la diplomacia y el diálogo en la región, independientemente de las afinidades políticas.
