La denominada «Marcha Clasista» ha cobrado protagonismo en las calles de Santiago, coincidiendo con la celebración del Día Internacional del Trabajador. Esta movilización fue convocada por la Central Clasista, un movimiento que se opone a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), y que busca visibilizar las demandas de un sector de la clase obrera que siente que sus intereses no son representados. A medida que la tarde avanzaba, los participantes comenzaron a converger en la Alameda, donde el ambiente se tornó tenso debido a la presencia de Carabineros.
Los primeros enfrentamientos entre manifestantes y el personal de Carabineros se produjeron cuando algunos grupos de encapuchados comenzaron a realizar destrozos a señaléticas y a interrumpir el flujo normal de la calle. Testigos en el lugar reportaron que los disturbios iniciaron en el tramo de Alameda entre República y Bascuñán Guerrero, donde los agentes de Control de Orden Público se vieron obligados a intervenir para restablecer el orden. Las redes sociales se llenaron de imágenes y videos de la confrontación, evidenciando la violencia que permeaba en el ambiente.
Carabineros de Control de Orden Público informaron a través de su cuenta oficial que se habían detectado grupos vestidos con capuchas que usaban los elementos destruidos como proyectiles contra los efectivos policiales. La institución alertó sobre el uso de artefactos incendiarios, lo que generó una escalada en la respuesta policial. Aunque no se reportaron lesionados, la situación se tornó crítica, poniendo en relieve la necesidad de proteger la integridad de los manifestantes pacíficos y los ciudadanos que transitaban por la zona.
En medio de los enfrentamientos, Carabineros decidió proceder con el cierre de varias estaciones del Metro en la zona, buscando evitar que más protestantes se sumaran a las calles aglomeradas. Las estaciones afectadas incluyen República y Unión, lo que generó malestar entre aquellos que utilizaban el transporte público para llegar a sus destinos. La actuación de los carabineros ha sido objeto de debate, ya que algunos ciudadanos apoyan la necesidad de controlar el orden, mientras que otros critican la violencia escalofriante que se vive en estas manifestaciones.
A medida que la noche va cayendo sobre Santiago, la situación continúa desarrollándose, con una vigilancia activa por parte de Carabineros en las calles cercanas a Alameda. La lucha por los derechos laborales y la representación de los trabajadores parece estar lejos de resolverse, y la aparición de grupos radicales dentro de las mobilizaciones complica aún más el diálogo que se busca establecer. La Central Clasista continúa convocando a sus seguidores a manifestarse, a pesar de los riesgos y la tensión que subyace en el ambiente.
