- La expansión de la economía se registró en comparación al mismo período del año anterior, impulsada principalmente por el consumo de los hogares.
- Desde la perspectiva del origen, las actividades tuvieron resultados disímiles.
El producto interno bruto (PIB) de Chile creció en 5,4% en el segundo trimestre del 2022 (abril-mayo-junio) en comparación al mismo período del año anterior, por debajo de la expansión de 7,2% que había anotado en el primer trimestre y de las expectativas del mercado que, según un sondeo de la agencia Bloomberg, estimaba un aumento de 5,7%.
En el Informe de Cuentas Nacionales, el instituto emisor dio cuenta de que la demanda interna aumentó 8,7% del cuarto al sexto mes de este año, respecto a los mismos del 2021, “impulsada por el consumo de los hogares”.
“Desde la perspectiva del origen, las actividades presentaron resultados disímiles; las mayores incidencias se registraron en las actividades de servicios -en particular, personales, transporte y empresariales-. En contraste, entre las actividades que presentaron caídas destacaron la minería y el sector agropecuario-silvícola”, indicó el ente.
En términos desestacionalizados, la actividad económica no presentó variación respecto del trimestre anterior mientras que la demanda interna exhibió una desaceleración.
“Destacaron por su contribución a la baja el comercio y los servicios personales; efecto compensando por un aumento trimestral en la minería. En tanto, el PIB no minero presentó un crecimiento de 7,0% respecto al mismo trimestre del año anterior, mientras que en términos desestacionalizados cayó 0,5%”, añadió el Central.
Respecto de la revisión de las cuentas nacionales, la tasa de crecimiento del PIB del primer trimestre se revisó al alza, subiendo de 7,2% a 7,4%.
“En tanto, el crecimiento de la actividad económica del segundo trimestre fue menor en 0,3 décimas respecto al cierre preliminar del Imacec (de 5,7% a 5,4%)”, debido, en gran medida, a la incorporación de información actualizada para la elaboración de los indicadores de coyuntura, señaló el BC.
Al comentar estos datos en El Primer Café de Cooperativa, José De Gregorio, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y expresidente del Banco Central entre 2007 y 2011, dijo “que estamos sufriendo hoy día es un periodo de desaceleración producto de una aceleración extremadamente rápida del año anterior”.
“Lo importante es que estamos viviendo un periodo en el cual, si tenemos una recesión, por lo menos lo que anticipa el Banco Central es que va a ser bastante tenue, y la inflación debería tender a normalizarse. Por lo tanto, no estamos en un escenario catastrófico“, dijo el académico.
“Estamos frente a un escenario complicado, no es la parte mejor del ciclo, pero debiera ser, como son en general las recesiones, relativamente corta”, agregó De Gregorio.
Un crecimiento menor a lo esperado debilita, además, al peso chileno frente al dólar -que hoy saltó en 32 pesos-, advirtió Renato Campos, jefe de análisis de Admiral Markets.
“No descartamos que dentro de pronto el tipo de cambio busque la zona de 930 a 960 pesos por dólar, inclusive los 1.000 pesos. De ahí en adelante, esperar el resultado del plebiscito y que eso determine finalmente el comportamiento del tipo de cambio nacional durante lo que restaría de este año 2022”, dijo el experto.
En cuanto a la influencia de las cifras positivas de empleo y producción manufacturera en EE. UU., Campos planteó que “si bien durante las últimas jornadas las probabilidades por conocer un alza de tasa de 75 puntos base disminuyeron, lo que deja en evidencia que la tasa podría subir 50 puntos durante septiembre, debemos entender también que en Chile el Producto Interno Bruto del segundo trimestre respondió y concretó un crecimiento menor al esperado“.
“Nos deja en una situación bastante crítica, y zanja la idea de estar en un periodo de ‘estanflación’, y ahí es donde se da cuenta del debilitamiento del peso chileno, y el fortalecimiento del dólar por otro lado”, cerró el analista.
GASTO
El crecimiento del gasto interno fue liderado por el consumo y, en menor medida, por la inversión, reflejo principalmente de un mayor gasto de los hogares (7,8%), particularmente en servicios y, en menor medida, de bienes no durables. En contraste, el gasto en bienes durables se redujo.
En tanto, la mayor inversión se sustentó en la formación bruta de capital fijo (FBCF), la cual registró una expansión de 7,3%, incidida mayormente por la inversión en maquinaria y equipo. La acumulación de existencias también contribuyó al crecimiento, alcanzando un ratio acumulado en 12 meses de 1,9% del PIB, a precios del año anterior.
En relación con el comercio exterior de bienes y servicios, las exportaciones cayeron 0,3% y las importaciones aumentaron 10,9%. En el primer caso, el resultado se explicó principalmente por menores envíos de cobre; en el segundo, destacaron las mayores internaciones de químicos, combustibles y vestuario.
En términos desestacionalizados, la demanda interna fue menor respecto al primer trimestre, resultado explicado por el consumo tanto de los hogares como del gobierno. En contraste, la variación de existencias incidió al alza, compensando en parte el efecto anterior.
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